Uso de sustancias aromáticas

El uso ceremonial y terapéutico de sustancias aromáticas.

En los santuarios de peregrinación de todo el mundo se utilizan sustancias aromáticas con fines espirituales y curativos desde hace más de 5000 años. Las fuentes bíblicas y textuales indican que se consideraban esenciales para los rituales religiosos en la antigua China, India, Persia, Egipto y Grecia. Por ejemplo, las primeras escrituras del hinduismo, los Vedas, analizan varios cientos de sustancias aromáticas y las codifican para prácticas tanto litúrgicas como terapéuticas. Asimismo, los egipcios, ya en el año 3000 a. C., utilizaban combinaciones secretas de hierbas, incienso y aceites para suplicar a los dioses, expandir la conciencia espiritual y tratar diversas dolencias. Los griegos (que recibieron gran parte de su conocimiento esotérico y científico de los egipcios) creían que existía una correspondencia entre las diferentes fragancias y los problemas fisiológicos y psicológicos. Se utilizaron aromas variados para tratar afecciones como la ansiedad y la depresión y para estimular la creatividad artística, la concentración meditativa y el amor romántico. Al escribir sobre la antigua ciencia y práctica de la aromaterapia, un erudito explica que...

Los profundos efectos terapéuticos de los aceites esenciales se derivan de algo más que su agradable fragancia. Tienen propiedades electromagnéticas vitales y energías vibratorias que vigorizan la mente, el alma, la energía del cuerpo y, por tanto, su funcionamiento. Cuando se administran aceites conocidos por sus capacidades sedantes o antidepresivas, se liberan endorfinas y encapalinas (analgésicos y tranquilizantes neuroquímicos). Así lo han demostrado los hospitales de Oxford, Inglaterra, donde los aceites esenciales de lavanda, mejorana, geranio, mandarina y cardamomo han sustituido a los sedantes químicos. Estos y otros aceites relajan a las personas, reducen la presión arterial, aumentan la agudeza mental, normalizan las funciones corporales, reducen el estrés e incluso actúan como afrodisíacos. (17)

Lamentablemente, el estado actual de los conocimientos sobre el uso espiritual y terapéutico de las sustancias aromáticas es una pálida sombra de lo que se conocía en la antigüedad. Si bien los científicos pueden demostrar que nuestro sentido del olfato es miles de veces más agudo que nuestros otros sentidos y también es sensible a miles de compuestos químicos diferentes, saben poco de la sabiduría práctica de los antiguos sabios sobre el olfato. Sin embargo, esa sabiduría no se ha perdido por completo. Los visitantes de hoy en día a los santuarios de peregrinación en tierras hindúes, budistas, cristianas y otras tierras todavía están expuestos a combinaciones tradicionales de sustancias aromáticas.